-No hay nada más aquí, solo viento y silencio. En mal lugar acabaste, hijo. Te recomiendo que te vayas de este pueblo lo más rápido que tus pies lo permitan-
-¿Por qué? -
-Porque aquí hay demasiado viento, el cual erosiona todo, muros, piedras, cuerpos, almas... Va desgastando todo, hasta las palabras y los pasos, dejando solo el silencio, que te llena por dentro y por fuera, hasta que ya no oye nada, ni siquiera el propio gemido moribundo del este viento ennegrecido-
-Yo si lo puedo oír-
-Es que aún eres joven-
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