jueves, 28 de mayo de 2020
MUNDO DE DIOSES de Rafael Marín Trechera
Hace mucho tiempo, tanto que nadie recuerda cuándo; aparecieron en el mundo seres con forma humana pero con poderes que los hacían muy superiores al resto de la población. No paso mucho tiempo en que sometieran a la humanidad agotada por la guerra y las enfermedades, viviendo en un sitio idílico, situado más allá de la atmósfera, mientras las personas vivían con el temor de provocar la ira de estos llamados “dioses”. Pero la situación es cada vez más aciaga e insoportable y la semilla de la rebelión se gesta en la sombras.
sábado, 23 de mayo de 2020
sábado, 16 de mayo de 2020
viernes, 15 de mayo de 2020
jueves, 14 de mayo de 2020
domingo, 26 de abril de 2020
ROSTRO
El horror de tu rostro desvaneciéndose entre mis manos, como un rayo de luna aprisionado solo un instante, diluido entre los dedos, cayendo en el vértigo del tiempo siempre prófugo.
Siento el frío de la noche naciente helando mi espalda, haciendo doloroso el recorrido del sudor sobre mi piel.
Tengo miedo.
Hay en las sombras que se explayan algo que observa. Un pulso lejano, apenas audible, como un tambor tribal invocando dioses sangrientos.
Permanezco inmóvil, hasta que la oscuridad lame la humedad de mis manos y envuelve, lubrica y lésbica, la frialdad de tu piel, que reluce como plata sobre este rincón ciego de esta ciudad sorda.
Los retazos de tu uniforme aun despiden tu aroma enloquecedor de virgen en celo y el calor de tu fresca carne. Tomo tu falda para secar las lágrimas que ensucian mi rostro. ¿Este llanto tan amargo, es de alegría, de tristeza, de miedo, culpa?
El pulso está cerca, muy cerca….
El miedo crece con cada golpe en mis sienes. Tu piel brilla cada vez más, con un fulgor helado, cortante.
¡Ese latino está aquí, sobre mí!
Levanto mi vista hacia el cielo… ¡Esta ahí!
El espantoso rostro de la luna, pálido y rencoroso, me mira directamente.
Pero el rostro de la necrótica reina de la noche me recuerda a alguien. Cada segundo se parece más al tuyo.
No sé cuánto tiempo he estado con los adoloridos ojos fijos en la palidez de ese rostro. Siento como el frio que exhalaba tu piel se inocula en mis venas, hasta que creo que estoy muerto, que mi carne se ha vuelto polvo y es arrebolado hacia la grotesca redondez blanca que gravita sobre mi cabeza.
Escucho un ruido tras de mí. Con pesadez, lentamente, me vuelvo.
Un cuerpo desnudo brilla entre las sombras. Da un paso hacia mí.
Lanzo un grito final que rompe en astillas lo que me quedaba de cordura.
Una carcajada cristalizada se desliza entre los callejones.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
Siento el frío de la noche naciente helando mi espalda, haciendo doloroso el recorrido del sudor sobre mi piel.
Tengo miedo.
Hay en las sombras que se explayan algo que observa. Un pulso lejano, apenas audible, como un tambor tribal invocando dioses sangrientos.
Permanezco inmóvil, hasta que la oscuridad lame la humedad de mis manos y envuelve, lubrica y lésbica, la frialdad de tu piel, que reluce como plata sobre este rincón ciego de esta ciudad sorda.
Los retazos de tu uniforme aun despiden tu aroma enloquecedor de virgen en celo y el calor de tu fresca carne. Tomo tu falda para secar las lágrimas que ensucian mi rostro. ¿Este llanto tan amargo, es de alegría, de tristeza, de miedo, culpa?
El pulso está cerca, muy cerca….
El miedo crece con cada golpe en mis sienes. Tu piel brilla cada vez más, con un fulgor helado, cortante.
¡Ese latino está aquí, sobre mí!
Levanto mi vista hacia el cielo… ¡Esta ahí!
El espantoso rostro de la luna, pálido y rencoroso, me mira directamente.
Pero el rostro de la necrótica reina de la noche me recuerda a alguien. Cada segundo se parece más al tuyo.
No sé cuánto tiempo he estado con los adoloridos ojos fijos en la palidez de ese rostro. Siento como el frio que exhalaba tu piel se inocula en mis venas, hasta que creo que estoy muerto, que mi carne se ha vuelto polvo y es arrebolado hacia la grotesca redondez blanca que gravita sobre mi cabeza.
Escucho un ruido tras de mí. Con pesadez, lentamente, me vuelvo.
Un cuerpo desnudo brilla entre las sombras. Da un paso hacia mí.
Lanzo un grito final que rompe en astillas lo que me quedaba de cordura.
Una carcajada cristalizada se desliza entre los callejones.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
viernes, 10 de abril de 2020
41 RAZONES POR LAS QUE NO TENGO NOVIA
1. Por mi insoportable fealdad
2. Incurable y agrio cinismo
3. Fervoroso ateísmo
4. Pereza crónica e incurable
5. Pobres hábitos higiénicos
6. Ojos que disparan rayos laser
7. Síndrome de Tourette rectal
8. Adicción a la pornografía nazi
9. Otakultura anafabestial
10. Complejo de mesías pre-apocalíptico
11. Hemorroides cerebrales
12. Intolerancia a los intolerantes
13. Mal olor corporal persistente y embriagante
14. Narcisismo cultural
15. Adhesión a guerrillas cyber-mentales y microempresariales
16. Personalidad esquizofolclorica múltiples
17. Tartamudeo bipolar
18. Exceso de vello corporal
19. Debilidad por el helado de vainilla
20. Sadomasoquismo paradimensional
21. Filosofía satanica-vouyerista-necromantrica-policromica
22. Aptitud de burro sin mecate
23. Nulo concepto de la moda
24. ¡¡¡MEEEEEETAAAAAL!!!
25. Identificación plena con la raza porcina
26. Potente impotencia
27. Fantasías caníbales manifestadas en esculturas de origami
28. Síndrome de suicidio postergado
29. Masturbación compulsiva
30. Alergia a las conversaciones vacías
31. Flatulencias orquestales
32. Miradas de escáner desnuda-mujeres
33. Anatomía rechoncha y redundante
34. Fetichismos sexuales bizarros y enfermizos
35. Avaricia marca Scrooge
36. Mala memoria para recordar fechas importantes
37. Nula vocación para el matrimonio o monogamia
38. Aversión a cualquier tipo de baile (exceptuando el tango)
39. Precaria habilidades sociales
40. Aires de dictador con problemas de eyaculación precoz
41. Pobreza mendicante
Amen.
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