¿Qué es la vida más que la ondulación imperceptible en las negras aguas de lo inconmensurable? ¿Qué es el hombre más que el momentáneo destello que refulge en una gota que se diluye?
Nos imaginamos inmensos y potentes, como si los elementos giraran a nuestro alrededor, cuando apenas somos una chispa perdiéndose en el viento. El hombre, en su obtusa vanidad, se cree importante, como si fuera el dueño de sí mismo. Hasta que llegue la Muerte a poner a todos en su justo lugar, cuando deja caer la última gota sobre el mar más amargo y helado.
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