Hay una sola verdad en nuestra vida: Todos vamos a morir.
La Gran Conquistadora, la invicta Muerte vendrá por todos y por todo.
Estamos destinados al gran fracaso de la inexistencia y el olvido,
Pero vivimos tratando de olvidar este dogma, como si viviéramos tanto como el sol, como si el tiempo se extendiera a nuestra voluntad.
Y al final nos miramos al espejo y un cansado anciano nos devuelve la torva vista empañada de visiones de desgano y cruda debilidad.
El vicio por vivir nos embriaga, nos enloquece, pero al final, la Muerte sonríe en las sombras, sabiéndose triunfadora. Pues nadie es tan paciente como la Parca.
Y ahí está ahora, espiándome mientras escribo esto, con su mano sobre mi hombro. Sabe que también tengo el vicio de vivir, de respirar, de sentir el mundo rodando bajo mí caminar.
Lo sé. Ella vendrá por mí algún día.
No le guardo ningún rencor.
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