¿Han notado como el tiempo cada vez parece más insuficiente?
En un pestañeo, pasan horas y tú te das cuenta de que aquello que querías hacer ese día apenas lo iniciaste y no lo acabaste porque, "no se te dio el tiempo"
Pero las manecillas del reloj siempre corren a la misma velocidad.
Nuestras manos y nuestros pies, nuestros ojos y mente son las que van cada vez más aceleradas, luchando perpetuamente por hacer la mayor cantidad de cosas en el menor tiempo posible y al final, no finalizamos nada.
La noche llega y nos sorprende en nuestras vanas maquinaciones y maldecimos el paso de las horas por deslizarse con tanta celeridad, mientras nos frotamos las barrigas mirando hacia ninguna parte.
Ya ni siquiera somos esclavos del reloj.
No aceptamos el tiempo que nos marca.
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