jueves, 28 de mayo de 2020

MUNDO DE DIOSES de Rafael Marín Trechera

 

  Hace mucho tiempo, tanto que nadie recuerda cuándo; aparecieron en el mundo seres con forma humana pero con poderes que los hacían muy superiores al resto de la población. No paso mucho tiempo en que sometieran a la humanidad agotada por la guerra y las enfermedades, viviendo en un sitio idílico, situado más allá de la atmósfera, mientras las personas vivían con el temor de provocar la ira de estos llamados “dioses”. Pero la situación es cada vez más aciaga e insoportable y la semilla de la rebelión se gesta en la sombras.

  Esta es la premisa que nos trae Rafael Marín Trechera. A grandes rasgos, es un libro que se deja leer fácilmente, amable con el lector y suficientemente interesante para querer llegar al desenlace. Hay ángulos bastante interesantes pero que no se llegan a explotar bien, como el paralelismo entre los modernos dioses y los mitológicos, al ser seres la mayoría de las veces crueles, caprichosos y llenos de todos los vicios. De igual forma, se plantea la existencia de semidioses (aquí llamados “derivantes”), seres cuyo poder es enorme pero que son cazados por sus propios padres por medio de una fuerza militar conocida como “los centinelas”; con el fin de que nunca reten su supremacía. Pero aquí hay una gran paradoja: Mientras los dioses de dedican a exterminar su prole nacida de mujeres violadas, ellos mismos, después de siglos de inmortalidad, son estériles.

  La historia es narrada desde diversos puntos de vista. Tenemos a una reportera que descubre realidades incomodadas y toma como misión personal descubrir el origen de esas deidades, una centinela renegada, un neo-samurái y un dios cansado de su propia vida. Todo esto dentro de una sociedad al borde del colapso, donde los poderosos se aferran a su poder y los marginados acunan un odio ancestral. Hay cierto aire de crítica social donde los dioses representan a los oligarcas de toda la vida y los derivantes a esa parte de la población que resulta incomoda para el modus vivendi mientras el resto se dedica a observar de reojo sin mucha atención, obnubilados por el brillo de las pantallas.

  En lo personal, el problema principal es que el autor salta de narrador y lugar constantemente, haciendo desequilibrar al lector y perder la fluidez, además de que siento que a partir de la segunda parte la historia decae, llegando a un final algo precipitado.

  Con todo, es una lectura recomendada para una tarde de lluvia o para los amantes de los cómics, superhéroes y ciencia ficción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario