jueves, 13 de julio de 2017

SABER ESPERAR

Hay que saber esperar.

Cada día es un nuevo inicio, así como cada noche, cada régimen de sueño es una muerte parcial que nos anestesia de la vorágine caleidoscópica que es la vida.

Despertamos, vemos la luz de nuevo y esperamos algo nuevo.

¿Que esperamos?

Es la naturaleza del humano esperar siempre lo mejor. Esperar algo de calidez, un inesperado deleite, un beso, algo que nos haga más soportable esta existencia que en sus más crueles aristas se torna intolerable.

Siempre esperamos, aunque no sabemos qué.

Miramos al sol y a la luna y sabemos que estarán ahí hoy y cuando ya no estemos, que hay cosas inmutables pero que su seguridad nos da firmeza, esperando que esto no cambie.

Pero aun así esperamos.

Y seguiremos esperando, pues la esencia humana está dotada de un hambre que nunca encuentra satisfacción. Esperamos desde que por primera vez abrimos los ojos hasta expeler el último resuello.


Y, tal vez, aun después, seguiremos esperando.



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